martes, 21 de octubre de 2008

El ejercicio será bueno para algunos…

Todo el mundo coincide cuando le preguntas que el ejercicio es sano y saludable para el cuerpo humano, que te ayuda en las relaciones sociales, que te vuelves más cordial y que en definitiva siente bien tanto al cuerpo como a la mente.

Pues amigos yo debo de ser la excepción de todo lo anteriormente citado porque desde que voy a defensa personal (que me gusta y voy muy contenta), lo único que ha sufrido mi cuerpo han sido agujetas, tirones y demás contusiones que no tengo ni palabras para nombrarlas y todo ello a causa de hacer ejercicio… en la cuestión de la mente, las relaciones sociales…si la verdad es que conoces a mucha gente, te lo pasas bien, pero yo estado de mala leche porque mi cuello no se podía mover, mis piernas no saben lo que son las relaciones sociales y mi mente es muy sensible al dolor.

Bueno con esto quiero decir que el deporte es duro y sufrido y eso que solo voy dos días a la semana, una hora cada día…esto puede resultar lastimoso pero es la realidad y no solo mía sino la miles de persona, porque sino, porque que creéis que la gente no hace ejercicio, pues porque empiezan pero al cabo de dos días están más muertos que vivos y entonces es en ese punto donde dicen ¿y quién narices a dicho que el ejercicio es bueno?, la verdad es que en esos momentos de ira contenida en la que no puedes con tú alma y en lo único en lo que estas pensando es en tirarte en el sofá y si pudiera ser pegarle dos leches al so cab….que ha dicho semejante estupidez como que el ejercicio es bueno y demás memeces…pero bueno controlas tu ira, rabia y malhumor porque estás cansada y lo único que quieres es descansar. Pero aquí no acaba la cosa, porque cuando crees que se te han pasado las agujetas y que ya estás totalmente recuperada….pues nooooo, ¿porque sabes que?, que al día siguiente tienes que volver a ese sitio, donde te hacen sudar, correr…

Pero bueno, incluso diciendo todo estos aspectos negativos del ejercicio, tengo que reconocer y decir ahora en serio que me gusta ir a Defensa Personal, me lo paso bien, me río un montón y sobre todo lo más importante y necesario, creo que por lo menos algo más segura si andaré por la calle, yo no sé, si hasta el punto de saber o poder defenderme en un momento determinado, pero de lo que si estoy totalmente segura es que ya ninguna de las chicas de las que vamos a este curso andaremos con miedo.


Besos!!!

miércoles, 15 de octubre de 2008

Mi primer día en Defensa Personal

Bueno, como ya os comenté anteriormente, me he apuntado a unas clases de defensa personal, y ayer fue mi primer día y como os dije os voy a contar como son, lo que hice y como sobreviví…

Llegué a las 20:00 horas, dispuesta y preparada psicológicamente (porque físicamente no lo estoy dado que soy un poco perra), me encontré a un batallón de mujeres (de diferentes edades) dispuestas con sus chándals y demás atuendo deportivo, estabamos un montón (unas 35-40, para que os hagáis una idea), nos metieron en una salita la verdad no muy grande en la cual entramos descalzas y en la que yo pensaba según entraba “aquí al cabo de media hora va a oler a humanidad” y en la cual no había ni una triste ventana, pero bueno daba igual, yo iba con ganas de pasármelo bien y de disfrutar esas clases.

Cuando llegó el profesor, un hombre de mediana edad, pero con un acondicionamiento físico impresionante dado que tiene más flexibilidad que un chicle de Boomer, nos puso a correr un ratito y hacer unos estiramientos, a continuación hicimos varias sesiones de dar puñetazos y patadas al aire mientras que lanzábamos un gritito de guerra (¡YAAAAAAAAAAA!) el cual se nos tenía que oír bien. Lo siguiente que continuamos haciendo fue diferentes tipos de llaves para cuando nos van a atacar, las cuales consistían en dejar inmovilizado al agresor, la verdad es que esta parte si que me gusto de verdad, porque nos intercambiábamos los puesto de vez en cuando y el profesor te iba explicando como lo tenías que realizar correctamente, por lo que esto me produjo más satisfacción cuando lo hice bien, cuando terminamos este ejercicio, continuamos haciendo más sesiones de golpes y patadas, pero esta vez teníamos que golpear a un sparring cuadrado acolchado el cual sujetaba la compañera y viceversa. Por último para finalizar la clase, el profesor puso música relajante y empezamos hacer como una especie de Tai-Chi relajante.

En conclusión para finalizar, porque la verdad es que todo esto que os he contado sucedió en solo una hora (que como cunde el tiempo), me gustó bastante la clase, me pareció bastante curiosa y entretenida, por lo que el siguiente día que es el jueves yo creo que iré con esas mismas ganas con las que fui ayer, sólo espero que estas clases no me maten de agujetas, de tiranos y demás lesiones que nos ocurren a las personas que no estamos acostumbradas al ejercicio…jejeje.

Por último, yo os recomiendo que si os apetece hacer algo por las tardes que no requiera mucho tiempo y queráis pasar un rato bueno y divertido para desconectar de todo, os apuntéis algún taller de los que ofertan la Casa de la Mujer de cualquier localidad, distrito, etc.…que la verdad es que son muy amenos!!!

besitos

miriam

lunes, 13 de octubre de 2008

Mi miedo a las jeringuillas

Bueno ya que a muchas les ha hecho gracia la forma de actuar, de ser etc.… de mi madre, os voy a contar otra anécdota acerca de ella y de mí…para que sepáis de verdad como es…

Bueno era yo pequeña, la verdad es que no sé cuanto de pequeña, porque la verdad es que me acuerdo como si fuera ayer…, pero bueno pondremos aproximadamente unos 9 ó 10 años (vamos cuando realmente te empiezas a dar cuenta de cómo se las gasta la gente que te rodea).

Mi madre me llevo al pediatra para que me pusiera una de las miles de vacunas que se les ponen a los niños de esa edad, y yo como buena niña cobarde, ingenua y llorona, me creí la versión de mi madre que decía que solo era para que me viera el pediatra….pero no fue así del todo, dado que fue verdad que me vio, me midió, me pesó, me exploró y demás parafernalia , pero lo que también hizo, fue decirle a mi madre : “bueno ahora llévela a la sala de enfermería a que la pongan la vacuna que le toca”, y mi madre ni corta ni perezosa, le dijo, “Vale, muchas gracias” y ále cogió a su pobre hija indefensa del brazo (para que no me escapara porque yo de pequeña, tenía la mala costumbre que en cuanto me acojonaba algo salía escopeta) y me llevó a la cruel sala de enfermería.

Cuando entramos estaba la enfermera preparada con su cruel instrumento de trabajo (una jeringuilla), mi madre mientras me levantaba la camiseta yo intentaba escabullirme, pero no me dio tiempo y la enfermera fue más rápida y me arreó un pinchazo de aupa (yo no es que sea exagerada es que me acuerdo muy bien de mis cosas) y más ancha que pancha se sentó en su mesa a escribir unas cosas y mi madre que vio una silla enfrente libre pues aposentó su hermoso trasero dejando a su pobre hijita del alma de pie mareada perdida, y yo la dije “Mamá, déjame sentarme” y mi dulce madre me contestó “niña, me siento yo, que para eso soy mayor” y según decía esas palabras yo me caía de sopetón al suelo dándome un leñazo que lo flipaba en colores y aparte para más colmo de los colmos, tenía que soportar a mi madre diciéndome “pero hija mía eres tonta o qué?, que haces en el suelo, que endeble etc.…”, pues sí, estos son los piropos que le hecha una madre a su hija cuando se acaba de desmayar encima por no haberla dejado la triste silla….pero bueno eso la debió hacerse sentir algo culpable, porque desde entonces cuando me llevó a ponerme las sucesivas vacunas, análisis (en definitiva todo lo relacionado con los instrumentos malditos para mí), advertía de ante mano a todo el mundo que su hija corría el riesgo de desmayarse y caerse en redondo.

Bueno la verdad es que yo este acontecimiento como me acuerdo muy bien de él (mi madre dice que porque soy una rencorosa compulsiva), se lo recuerdo cada vez que tengo la oportunidad, para que no se le olvide el mal momento que paso su única hija (es que niña sólo tiene una, como yo le digo) y también la verdad porque antes me daba un poco de resultado para hacerla chantaje emocional (que a mi madre las cosas como son, es muy difícil) y sacarme unas cuantas chuchesjejeje

besitos

miriam

jueves, 9 de octubre de 2008

El día que nos estrellamos contra el coche de mi padre

Bueno pues voy a seguir contando mis historietas (o mi vida según prefiráis llamarlo…).

Todo empezó un día de verano que hacia muy buen tiempo, como todos los niños mi hermano mayor y yo salimos a la calle a jugar y después de estar un rato en el parque decidimos coger las bicicletas para darnos unas vueltas a la manzana y aquí empezó toda la historia a transcurrir….

La vuelta a la manzana que nosotros llamamos está justamente detrás del bloque en el cual vivimos y tiene un acuesta impresionante (o bueno de pequeños eso nos parecía) y al lado tenía un descampado donde los yonkis se ponían y los heavys bebían sus litronas

y alrededor de todo esto se encontraban coches del vecindario aparcados en todos los lados (entre ellos se encontraba el coche de mis padres….).

Bueno la cosa fue que mi hermano y yo cogimos las bicis y empezamos a dar vueltas alrededor del bloque, porque total no pasaba nada dado que no cruzábamos ninguna carretera peligrosa y mis padres nos podían vigilar desde la terraza de mis abuelos que daba justamente al descampado de los jonkys, heavys y vehículos….

Nosotros ya nos cansamos de montar en bici, cuando a mi hermano se le ocurrió la fantástica y fenomenal idea de que yo me subiera al manillar de su súper bici BH de la época y nos lanzásemos por la “cuesta infernal”, yo como era más pequeña e ingenua le hice caso (bueno la verdad es que me pareció una muy buena idea) y me subí en el manillar de la bici con un poco de dificultad dado que yo siempre he sido un poco torpe para esas cosas…al cabo de varios intentos conseguimos estabilizarnos los dos en la bici y nos lanzamos por “la cuesta infernal” a una velocidad estrepitosa ya que una de dos o mi hermano no sabía frenar o no le funcionaron los frenos, que yo fui volando al descampado de los jonkis y mi hermano se empotró como una calcomanía contra un coche, tan mala suerte que tuvimos que con el coche que nos empotramos fue el coche de mi padre…y como ya he dicho antes mis padres sabían en todo momento que estábamos haciendo porque estaban situados en la terraza de mis abuelos viendo lo que hacían sus dos hijos mayores….y cuando vieron que su única salía disparada por los aires como un cohete de la NASA y su hijo mayor estaba plastificado en el capó del coche de su padre….pues os podéis imaginar lo que sucedió…mi padre salió escopetado en busca de sus dos hijos diciéndonos de todo porque según él ya nos había advertido otras veces de que eso era peligroso y de que no le gustaba que lo hiciéramos y mi mamá, si que salió desconsolada en busca de sus dos hijos, nosotros al ver la cabreo de mi padre nos asustamos de tal manera que yo me levante súper deprisa y me dirigí a despegar a mi hermano del capó (no para que mis padres no se asustaran de ver la situación sino para salir huyendo ), cuando lo despegué salimos corriendo en dirección contraria a la de mis padres…pero fue una tontería por nuestra parte ya que nos cogieron a tiempo de salir corriendo….En esos momentos mi madre la que parecía más asustada y compungida se cabreó, al ver que salíamos corriendo, lo único que decía era que “que hijos más tontos tengo” y mi padre sin embargo que venía dispuesto a afilarnos (sinónimo de arrearnos una buena leche), se asustaba al vernos las heridas de guerra que nos había causado la “cuesta infernal”, y bueno al final salieron más o menos bien las cosas, solo tuvimos heridas superficiales, una bicicleta rota y un capó abollado, pero bueno es lo que se suele decir en estos casos solo daños materiales sin mayor importancia….

Bueno pues esta es otra increíble historia de mi infancia….espero que os halla gustado o por lo menos que os halláis reído un rato jejeje, aunque todavía me quedan muchas historias que contaros como el día en que mi hermano me tiró una pila a un ojo antes de mi comunión, como perdí a mi hermano pequeño en Madrid ….

Besitos

Miriam